Tenemos un reto: cambiar la industria del retail para adaptarnos a las nuevas generaciones de consumidores.
Cada vez se hace más patente una nueva forma de comprar; más real, más autónoma, más digital y más personalizada.
Pero el mercado aún no está preparado, pues aún son muchas las empresas que siguen viendo phygital como algo lejano. Y la realidad es que el cliente actual ya es phygital, y phygital es el futuro.
Un futuro donde los procesos de compra están enfocados en que podamos preparar la cesta con productos de la web, comprarlos en la tienda después de asegurarnos de que cumplen con nuestras expectativas, y pedir después que nos lo entreguen en casa. O entrar en la tienda física, crear una cesta desde cero y terminar la compra allí o en casa.
Un sueño, ¿verdad?
Pues ya es real.
Phygital, un nuevo ecosistema
El de lo digital y lo físico unidos para crear una experiencia de compra completa y unificada: la tienda phygital.
Pero convertir este sueño en realidad implica que los retailers se transformen, con la ayuda de diferentes partners: fabricantes de dispositivos, desarrolladores de productos software, plataformas de pago y delivery, consultoras IT focalizadas en transformación digital, etc.
Todas ellas conforman el ecosistema phygital, que hace que la tienda phygital ponga en valor los dos elementos distintivos del espacio físico: el producto y el vendedor.
Pues te diré que cualquiera de los dos sueños ahora puede ser posible. El cliente siempre lleva consigo la cesta en su móvil y puede avanzar en el proceso de compra indistintamente del lugar en el que se encuentre. Cuando acuda a una tienda tendrá la posibilidad de validar el producto y recibir asesoramiento experto de un vendedor además de la ya interiorizada conveniencia del ecommerce, es decir, facilidad para encontrar los productos que busca, recomendaciones personalizadas y opciones de pago digital y entrega a domicilio.
El producto siempre está disponible ya sea en la tienda y en el e-commerce, por lo que el cliente sabe de antemano dónde encontrarlo. Mientras que el vendedor se transforma en un personal shopper que, gracias a un dispositivo, le ofrece un asesoramiento mucho más personalizado a su cliente.